lunes, 8 de septiembre de 2014

Camisa de cuadros: la aceptación de una negación absoluta

Si la camisa vaquera ha sido una reconcilación en toda regla con mi yo preadolescente y colegial, la camisa de cuadros que me acaban de regalar ha sido la aceptación de una negación eterna. Nunca, nunca, nunca, ni cuando eran el último grito en la calle me habían gustado. Simplemente ese estilo de leñadora urbanita no me gustaba, no me veía enfundada en una ristra de cuadros a modo de cazadora de las montañas, me gustaba en los chicos y en algunas chicas que se atrevían a combinarla de una forma original pero no pasaba de eso, de un simple pensamiento mientras observas distraída y por matar el tiempo cómo va vestida la gente de tu alrededor.
Mi camisa de cuadros es un "no" hecho un "sí por favor, que me encanta". A lo mejor es porque la tengo de Mango me recuerda a los cuadros de una mantita que teníamos mi hermana y yo cuando éramos pequeñas y, contra los recuerdos infantiles a ciertas edades no se puede hacer nada.


Camisa cuadros: Mango 2014
Jersey: Zara 2013
Bolso: Amichi 2014

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