Ains, las camisas vaqueras...esa prenda que puede dar un toque genial a un look o por el contrario condenarlo al infierno más absoluto. La primera camisa vaquera que tuve fue en plena adolescencia y la verdad es que aunque en aquellos días me parecía la prenda más molona del mundo, con el paso del tiempo y más madura en gustos modiles pensaba: "por favor, qué pinta tenía"," cómo podía salir así a la calle" o "mamaíta, cuánta razón tenías cuando me mirabas pensando: hija todo lo te queda por aprender"...menos mal que en el cole tenía uniforme y que mis primeros años instituto ya estaba más que oculta en alguno de los cajones de mi armario.
Desde hace algún tiempo han vuelto a nuestras vidas con fuerza (o tal vez nunca se fueron del todo) pero claro, ni estos tiempos son aquellos ni yo me empeño en llevar un flequillo horrendo a modo de palmera. Me ha costado, lo reconozco, comprarme una, tal vez por ello he esperado hasta el último momento de las rebajas (a pesar de eso, ya tenía una fichadísima en Mango, la cual, cada vez que iba estaba siempre en el mismo estante, ahora me doy cuenta de que esperándome).
Tengo pensadas diferentes opciones para combinarla, sobre todo en esos días que no hace frío ni calor, y que te apetece vestir de un modo muy desenfadado.
En fin, otra cosa más que vuelve a mi armario después de jurar y perjurar que nunca volvería...
Imagen del catálogo de Mango, conjuntito todo, todito v vaquero
Camisa vaquera: Mango s/s 2014
Imagen del catálogo de Mango, conjuntito todo, todito v vaquero
Camisa vaquera: Mango s/s 2014
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